“La esperanza tan dulce tan pulida tan triste
la promesa tan leve no me sirve
no me sirve tan mansa la esperanza....
...si me sirve la vida que es vida hasta morirse
el corazon alerta si me sirve
me sirve cuando avanza la confianza...”
“Me sirve, no me sirve” de Mario Benedetti
Cuando ya no alcanzan las palmadas, los abrazos, las caricias y los alcoholes, donde se pierden los humores con sonrisas y las fuerzas, habrá que recostarse en aquella infancia, tomar el café con leche y panes con manteca y mermelada, jugar picados interminables, tocarle el timbre a los viejos cabrones en medio de la siesta, besar como la primera vez a esa primera dama, ponerle pan al té caliente en la casa de los abuelos.
Recuperar esa alegría innata de estar vivos.
Resguardar la alegría de los mierdas que trabajan con la muerte y el olvido.
Cuando ya no alcanzan las palmadas, los abrazos, las caricias y los alcoholes, donde se pierden los humores con sonrisas y las fuerzas, habrá que recostarse en aquella infancia, tomar el café con leche y panes con manteca y mermelada, jugar picados interminables, tocarle el timbre a los viejos cabrones en medio de la siesta, besar como la primera vez a esa primera dama, ponerle pan al té caliente en la casa de los abuelos.
Recuperar esa alegría innata de estar vivos.
Resguardar la alegría de los mierdas que trabajan con la muerte y el olvido.
DOS